domingo, 23 de abril de 2017

Los beneficios de comer de más

Obviamente el comer excesivo es el resultado de factores diversos, aunque en lo que corresponde al acto mismo de comer, identifico los siguientes beneficios:
• Comer con absoluta libertad de cantidad de comida en cada ingesta y de cantidad de comidas en cada día, evitando así la presión resultante de limitar el consumo de comida en general, y especialmente el consumo de aquellos alimentos que conozco a ciencia cierta que me “calientan el pico” y pueden llevarme a no poder parar. El dulce de leche es mi alimento calienta-pico por excelencia. También el maní tostado. No así el chocolate. Conocer con cuales alimentos puedo moderarme y con cuales no, es parte esencial del proceso de recuperación; y sin duda, el haber pasado de tener un exceso de dos dígitos con tendencia a aumentar, a un exceso de cinco kilos máximo con tendencia a mantenerse solos, me significa claramente que aceptar lo que puedo y lo que no, es exitoso a la recuperación como un todo.
• Decirle “sí” a cada compulsión que pueda aparecerme. Llamo “compulsión” a ese impulso que hace imperativo concretar la necesidad de estar masticando y tragando comida, en general sin saborear y haciendo otras cosas.
• Para moderar la cantidad, el “truco” de saborear el alimento funciona si tengo el registro del inicio de la compulsión; aunque al saborear, la compulsión pierde su “sabor”: el descanso que genera la inconsciencia. Esta no es una pérdida menor, especialmente si percibo que hay en mi mundo vincular una tensión que “me abarca y me desborda”. Si necesito descansar o vaciarme-un-rato de esta percepción, puedo descubrir que “la comida lo arregla todo”.