Ah las ideas!... En esta publicación excelente y excepcional (va debajo con el título "Un nuevo significado de la femenino"), a la mamá el ser integrado (que no necesita un varón para sentirse integra) le resulta imposible de concebir. Por suerte su hija busca esa integración interior. Sin duda, descubrirá que sólo desde esa integración los varones de su vida estarán a salvo de ella como eternamente necesitada, así también como ella misma estará a salvo de ella misma. (LA VIOLENCIA -que es más que "de género" porque si es con uno es con todos, incluidos los hijos, subordinados, amigos, etc.- PUEDE SER BASTANTE INADVERTIDA... DIGAMOS "UNA CARA DE CULO"... O LA COSTUMBRE DEL ENOJO... O LA DEMANDA) Y desde esa integridad: el amor. La hija es candidata. La madre parece que no.
Claro: me refiero a "amor" como una inteligencia vincular... y si quiero que se exprese en un vínculo con un varón... tendré que tener la inteligencia de darme cuenta si él necesita ser mi caballero de brillante armadura... porque si lo necesita... lo necesita... y también necesitará a la "princesa necesitada"... que ojala alcance la inteligencia para darme cuenta de que mejor que no sea yo.
Andrea gracias, lindísimo, auspicioso de tiempos adultos por venir.
Abrazo,
Elena
Ah las ideas!... En esta publicación excelente y excepcional (va debajo con el título "Un nuevo significado de la femenino"), a la mamá el ser integrado (que no necesita un varón para sentirse integra) le resulta imposible de concebir. Por suerte su hija busca esa integración interior. Sin duda, descubrirá que sólo desde esa integración los varones de su vida estarán a salvo de ella como eternamente necesitada, así también como ella misma estará a salvo de ella misma. (LA VIOLENCIA -que es más que "de género" porque si es con uno es con todos, incluidos los hijos, subordinados, amigos, etc.- PUEDE SER BASTANTE INADVERTIDA... DIGAMOS "UNA CARA DE CULO"... O LA COSTUMBRE DEL ENOJO... O LA DEMANDA) Y desde esa integridad: el amor. La hija es candidata. La madre parece que no.
Claro: me refiero a "amor" como una inteligencia vincular... y si quiero que se exprese en un vínculo con un varón... tendré que tener la inteligencia de darme cuenta si él necesita ser mi caballero de brillante armadura... porque si lo necesita... lo necesita... y también necesitará a la "princesa necesitada"... que ojala alcance la inteligencia para darme cuenta de que mejor que no sea yo.
Andrea gracias, lindísimo, auspicioso de tiempos adultos por venir.
Abrazo,
Elena
Un nuevo significado de “lo femenino”
MAR 5TH, 2017
El año
pasado, le propuse a mi mamá desayunar juntas los sábados para que me
transmitiera sus aprendizajes de constelaciones familiares, ya que ella fue
parte de la primera camada en el país y ejerce desde hace 15 años. En una de
esas jornadas, la conversación hizo foco en “lo femenino”. Y me embarré hasta
el cuello.
Describió
la energía femenina como receptiva, pasiva, cuenco, que se deja cuidar,
vulnerable. No supe por dónde empezar a debatir. Acababa de separarme y montar
un hogar de cero mientras mi empresa prosperaba luego de su primer semestre de
vida: “¡Al cuerno con lo receptiva y vulnerable!”, decía mi mente.
Intenté
“explicarle” desde un inventado punto antropológico (??) que ella había
recibido otro tipo de educación y que esta última década esa tabulación de
femenino sonaba desactualizada. Avancé diciendo que las mujeres que conozco que
son así en un 100% terminan dependiendo de hombres para sobrevivir, lo cual
hace que pierdan su libertad.
Cuando mi
madre retrucó: “Entonces definilo vos”, tuve que pedir un plazo y convertirlo
en una búsqueda:
1) Ser sin hacer: en varias situaciones
nuestra presencia como mujeres “acomoda”. En lo laboral, a veces soy la única
mujer en la sala y hace un tiempo entendí que eso solo ya modifica el entorno.
Cuando estoy en mi centro, mi energía femenina integra, trae comprensión y
empatía. Cuando “soy”, necesito hacer menos. No es ser pasiva, sino captar la
fuerza de mi presencia. No es ser cuenco, es generar entornos amorosos. Sí, en
las reuniones de directorio también.
2) Honrar las emociones:sé que mi energía femenina
es la que me permite escuchar y dar espacio a mis emociones. Cada vez entiendo
más que ellas son el lenguaje entre alma y cuerpo, son el motor de los deseos
y, por suerte, son direccionables y trabajables. En mi meditación matinal, hago
un chequeo, escucho y acomodo emociones.
3) Crear belleza: somos magas, creadoras de
vida y de realidades. Cuando irradio belleza en mí, mi hogar, mis plantas, mis
comidas, mis mails, mis mimos, mis
conversaciones y cada habitación en la que entro, sé que “lo femenino” está
detrás.
El gran remate
Al explicarle
a mi doc ayurveda que creía que debería trabajar mi feminidad, me preguntó:
“¿Cuál es el problema con tu masculinidad?”. Creí que no me había entendido y
lo corregí. Respondió: “Tu masculinidad es la que impulsa tus avances, tu
liderazgo y tu gran capacidad de hacer”. Alivio.
Siendo
bastante obvio que todos somos una mezcla de energías femenina y masculina, lo
más interesante es potenciar y saber ecualizarlas, más que enfrentarlas. El
mundo tiene tantas dolencias (ambientales, sociales, espirituales) por querer
disociar y crear opuestos donde no hace falta.
Mi
invitación es: entender qué es lo femenino y lo masculino en cada uno de
nosotros (hombres y mujeres), aprender a usar ambas energías y honrarlas en los
demás.
May.
Columna publicada en Ohlala en Marzo 2017.