Las ideas, esas
semillas luminosas venidas de La Nada,
de La Noche
Madre,
se arremolinan, se
mueven velozmente, crecen,
cobran vida, nos agitan.
Todo el universo creado
de Aquella Idea Origen.
Como una posibilidad
repetible al infinito,
porque una vez Una Idea
fue plasmada,
las semillas nuestras
tienen el atrevimiento
de querer germinar.
La osadía de las semillas.
Un recuerdo que evoco con una sonrisa compinche con la vida, y agradecida con todo y con todos.
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