Con o sin sobrepeso, la ansiedad por la comida puede ser un
problema; y cuando necesitamos bajar de peso, la ansiedad, inmanejable con la
voluntad, acaba con nuestra esperanza de éxito, intento tras intento.
Dietas
sucesivas con éxitos transitorios, nos revelan:
LO QUE ENGORDA DEPENDE DE LA CANTIDAD.
EL EXCESO INGRESA DEBIDO A LA ANSIEDAD.
NINGUNA
EMOCIÓN SE MANEJA CON LA
VOLUNTAD.
La ansiedad es una emoción, y como tal no escucha razones.
Desde hace milenios, en las antiguas escuelas de
conocimiento, se enseñaban estrategias para poner un límite a las emociones
llamadas "negativas", como la recriminación, la autocompasión, la
culpa o el miedo.
La ansiedad, siendo una emoción, permite ser tratada con
las mismas estrategias. Esta posibilidad
está aún vigente.
Manejar la ansiedad por la comida implica aprender, y sumar
como opción, otras maneras de ponernos y poner límites, especialmente no enjuiciadoras, tanto al
comer como al vincularnos.
Nuestros excesos no son sólo un asunto de comida: El cuerpo
tiene sus razones. Al aprender a escucharlas y satisfacerlas, la impotencia del
“basta”, del “hasta aquí”, cede su lugar a la potencia de la moderación.
Elena
B. Werba
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