Es nuestra propia aceptación, tal como somos,
lo que nos permite cambiar, si así lo decidimos.
¿Y nuestra aceptación del otro?
Si nuestra propia aceptación es un verbo, una acción,
la aceptación del otro puede ser real...
lo que nos permite cambiar, si así lo decidimos.
¿Y nuestra aceptación del otro?
Si nuestra propia aceptación es un verbo, una acción,
la aceptación del otro puede ser real...
... y también será un verbo, una acción.
Adaptado del libro
Meditaciones diarias para las mujeres que aman demasiado
De Robin Norwood
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